El gobierno de Singapur decidió usar los datos recolectados para el seguimiento de casos de la pandemia SARS-2/COVID-19 con fines policíacos. Los datos personales que un gobierno puede registrar con fines específicos en un momento determinado pueden ser (y a menudo serán) utilizados con otros fines, ya sea por decisión del mismo gobierno o por autoridades subsiguientes.
En un mundo ideal, los datos personales no deberían ser registrados ni recolectados en bases de datos que tarde o temprano resultan vulneradas y filtradas para su distribución y/o comercialización y/o abuso. El ciudadano debería ser el único custodio sus propios datos personales; el rol del gobierno se limitaría a verificar la autenticidad de los mismos empleando una firma pública. En caso de que el gobierno necesitara almacenar datos para fines estadísticos, éstos deberían ser previamente purgados de su carga personal.