Una publicación de la universidad de Harvard1 recomienda mantener en nuestra piel una saludable capa de aceite corporal con flora bacteriana saprófita (benéfica). Para ello recomienda bañarse algunas veces por semana, evitando el agua caliente porque el lavado y fregado remueve esa capa protectora.

Los baños de corta duración (entre tres y cuatro minutos), con jabón sin antibióticos y agua levemente tibia o fría, enfocados en las axilas y la ingle pueden ser suficientes para mantener una saludable higiene corporal.

Es una buena manera de ahorrar recursos, disminuir el consumo de productos cosméticos innecesarios (shampoo, cremas y jabones antibacterianos) y mitigar el impacto de nuestra huella de carbono.